Uno de los
principios básicos del educador social, es detectar las necesidades educativas
que presenta la persona que se va a intervenir. Pero, ¿a qué nos referimos cuando
hablamos de NECESIDAD EDUCATIVA? ¿Qué debemos detectar?
·
Una necesidad
educativa sería la sensación de carencia unida al deseo de satisfacerla y
relacionada con la adquisición de las competencias académicas, sociales,
autónomas…
Pero, ¿de
qué manera más idónea podemos localizar dichas necesidades educativas? Según el
filósofo Enric Benavent, no se puede educar en serie, sino que se diseña un
plan de acción educativa dependiendo de la persona que tenemos delante.
Para ello
es imprescindible poner-se a la altura de la persona que solicita ayuda,
tocando con los pies el suelo, es decir, potenciando y teniendo siempre
presente la humildad. Como también es importante incrementar nuestra paciencia,
para así poder gestionar la frustración en el momento que las acciones no
tengan resultados evidentes a corto plazo. Tener paciencia es darle confianza y
empoderar a esa persona, dándole a entender que son totalmente capaces de
conseguir sus metas independientemente del tiempo que transcurra.
Una vez
interiorizadas estas competencias, como educadores, debemos aplicar la herramienta
más apropiada en la búsqueda y definición de necesidades de la persona a la que
se interviene. Podemos contar con diversas herramientas:
DAFO
ANISE
Detección
→ Identificación → Categorización → Priorización → Análisis
DIAGRAMA ISHIKAWA
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Detectar causas del problema
·
Contextualizar acción
·
Valorar necesidad
·
Listado de necesidades
·
Causa-consecuencia-efecto
·
Creación representación realidad
La
adecuada aplicación de estos sistemas de detección de necesidades puede
acarrear resultados más que satisfactorios. Como ejemplo he querido exponer uno
personal ya que el cambio ha sido verídico.
En
el año 2011 fue la primera vez que me puse en contacto con el concepto DAFO. Este
acercamiento fue gracias a una asignatura en el módulo de integración social.
En ésta nos plantearon un ejercicio: Marcarnos un objetivo y analizarlo a
través de un DAFO para poder conseguirlo. Mi objetivo era evidente: ADELGAZAR.
Así
que una vez definido, llevé a cabo el análisis de este.
Aunque
no lo logré y peor aún, no entendía el motivo de mi fracaso. Pero hoy 2 años
más tarde y después de haber realizado de nuevo el DAFO, lo entiendo todo.
En
el año 2011 lo que más pesaba eran mis
debilidades y las amenazas externas, factores que me impedías conseguir mis
metas. Mientras que en el 2013 se ha invertido el orden, destacando mis
fortalezas y oportunidades como las más pesadas. Este hecho ha favorecido
completamente a mi encomendamiento haciéndome sentir orgullosa de los propios
resultados.
Pero
a veces, la aplicación de la herramienta puede causar errores O incluso una
mala detección de necesidades a intervenir.
Un
ejemplo muy común son los similares a la situación de María (anciana derivada a
una residencia, allí ella deberá llevar a cabo los hábitos instaurados en
ésta). En este caso el educador prioriza el objetivo institucional antes que
las necesidades de las personas instaladas. Pretende llevar a cabo sus
funciones automatizadamente y eso hace que se pierda el objetivo esencial:
Cubrir las necesidades de María.
O
como en el libro Quan la didáctica… En este caso, al comienzo, se ofrece una
visión muy reducida del objeto de estudio, en este caso un gallo. Pero conforme
se van pasando páginas podemos observar el mismo desde una perpectiva más
lejana, diferente, en definitiva… más objetiva.
Por
este motivo y a modo de conclusión, es totalmente recomendable:
-
Valorar antes la necesidad y dignidad de la persona,
que el objetivo de la institución.
-
Respetar el proyecto educativo, si éste contradice
los principios básicos de la profesión se deberá actuar comunicándolo al
colegio profesional.
-
Aproximarse y alejarse del problema para poder
detectar las necesidades desde una mirada más objetiva.