Desmotivación,
aburrimiento, agobio, monotonía… Todas estas sensaciones se dan comúnmente en
las aulas de la institución escolar ya sea debido a la metodología aplicada, la
poca disposición que muestra el alumno a la hora de aprender, falta de recursos
para dinamizar métodos de aprendizaje…
El tercer
caso planteado en clase hace referencia al tipo de situación descrita
anteriormente. En él las alumnas muestran muy poco interés en aprender los
conocimientos impartidos y los maestros con su paciencia colmada deciden
recurrir a la ayuda de un educador/a social. Él/ella será el responsable de
hacer cambiar esta situación.
Para hacer
posible este cambio, la solución que yo propongo sería establecer una serie de
dinámicas/actividades con estas chicas junto a su grupo/clase, incluido el
docente. Las actividades/dinámicas estarían dirigidas a potenciar sus
habilidades sociales, incrementar su propia confianza, fomentar el trabajo en
equipo, para así en un futuro poderse concordar, cohesionar como grupo y con el
añadido de fomentar el interés de las chicas por los diferentes materias dadas
en clase.
Las actividades/dinámicas
tratarían de hacer aprender o especializarse en un hobbie común entre todos los
componentes del grupo/clase. Véase: Baile, deporte,
lectura… Partir de un interés común y además interesante, valga la redundancia,
puede conllevar consecuencias muy positivas respecto a la actitud de los
participantes de la acción.
Aunque los
ejemplos mostrados pertenezcan a la ficción, pienso que son totalmente viables
en la realidad y pueden servirnos de inspiración a la hora de elaborar nuevas y
creativas actuaciones educativas.
Haciéndole
homenaje el día de su muerte, considero totalmente oportuno compartir una cita
de Nelson Mandela.
‘Siempre
parece imposible hasta que se hace’
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