En la
acción educativa nos podemos plantear infinidad de interrogantes, desde a quién
intervendremos, qué trabajaremos, para que actuaremos, como llevaremos a cabo
la acción, durante cuánto tiempo, en qué lugar hasta que clase de didáctica se
aplicará.
Para poder
resolver esta clase de interrogantes es interesante partir de la base teórica
de las clases de didáctica que se han aplicado a lo largo de la historia.
Podemos encontrar seis tipos distintos:
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Artesanal: El sabio tiene un don natural.
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Metódica: La clave es tener un buen método para
aplicar.
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Filosófica: El centro del proceso didáctico es el
niño.
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Aplicativa: El protagonismo lo cobra la práctica.
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Explicativa normativa: La educación tiene que partir
de un fundamento científico.
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Epistémica: Dilatación del conocimiento.
Aunque la
más actual y completa a lo que conocimiento se refiere es la Epistémica, basada
en los distintos paradigmas o teorías que se generan dentro del campo de dicho conocimiento.
Estos
paradigmas nos ayudan a poder conocer y aclarar nuestras cuestiones planteadas
pero sobre todo a formularnos nuevos interrogantes, a lo que educación social
se refiere. Cada uno de los cinco tipos de paradigmas se focaliza en un objeto
de trabajo y estudio del ámbito de la educación social.
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Presagio-producto: Si se puede predecir también se
puede predecir el resultado.
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Proceso-producto: Saber lo posible sobre métodos y
estrategias para poder llevar a cabo el proceso.
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Mediacional centrado en el educador: Si se quiere
una buena educación hará falta un buen educador que sepa planificar, resolver
incidencias…
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Mediacional centrado en el educando: Conocer bien al
niño para poder elaborar un buen diagnóstico.
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Presagio ecológico: Todo depende, según la situación
de las herramientas, sujetos así se actuará.
Desde mi
punto de vista creo que el planteamiento de los paradigmas que más nos pueden
colaborar en la acción educativa son el del de Proceso-Producto, Mediacional
centrado en el educador, Mediacional centrado en el educando y presagio
ecológico.
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Proceso-Producto : Pienso que es importante partir
de una buena base teórica que nos permita planificar y diseñar una buena
intervención para obtener unos resultados más que satisfactorios.
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Mediacional centrado en el educador: Para una buena
ejecución de la intervención es imprescindible contar con la colaboración de
buenos actores sociales, como es el caso del educador. Si éste posee buenas y
elaboradas competencias y habilidades será más fácil y eficaz cualquier
programación, planificación, o resolución de intervenciones o problemas.
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Mediacional
centrado en el educando: Como en el caso anterior, es necesario contar con los
actores sociales como también conocer la historia de vida del educando. Esto
permitirá concretar y diagnosticar con
más precisión la acción educativa a llevar a cabo.
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Presagio ecológico: Quizás este tipo de paradigma es
el que cobra mayor protagonismo a lo que mi opinión personal se refiere ya que
la subjetividad es un elemento clave a la hora de ejecutar cualquier acción
educativa. Según el entorno, el tiempo, los recursos, el educador, el educando,
los métodos… la intervención cobrará un sentido u otro. Por eso es sumamente
importante tener en cuenta que factores de cambio pueden provocar una
modificación del plan para así poder estar prevenido y dispuesto a reformular
el plan.
En
definitiva, creo imprescindible, en cualquier intervención educativa, el
estudio previo de los diferentes actores de la acción:
desde la metodología, el educador y educando hasta el entorno, tiempo, la
teoría, etc… Ésto no nos garantizará un exitoso plan educativo pero si el
acercamiento a éste.